De gansos y escuelas
mayo 10, 2010 por Marcos Gaser
Un ganso que picoteaba en una pradera se sintió ofendido por la presencia de un caballo que pastaba cerca, y con acento sibilante así le dijo:
“Ciertamente soy yo un animal màs noble y perfecto que tú, ya que toda la extensión y rango de tus movimientos está confinado a un solo elemento.”
“Yo puedo caminar sobre la tierra tan bien como tú; poseo, además, alas con las que puedo elevarme por los aires; y, cuando me place, puedo navegar estanques y lagos y refrescarme en sus aguas. Disfruto de las distintas capacidades de las aves, los peces y los cuadrúpedos.”
El caballo, resoplando en forma desdeñosa, replicó:
“Es cierto que habitas en tres elementos, pero no haces buen papel en ninguno de los tres. Vuelas, es verdad; pero tu vuelo es tan pesado y torpe que no tienes derecho a compararte con la alondra o la golondrina.”
“Puedes nadar por la superficie de las aguas, pero no puedes vivir en ellas como los peces; no puedes procurarte allí tu alimento ni ni puedes surcar las profundidades debajo de las olas.”
“Y cuando caminas, o más bien te contoneas, sobre la tierra con tus anchas patas, estirando el largo cuello y siseando a todo el que pasa, sólo atraes la burla de los que te observan.”
“Admito que sólo estoy formado para moverme sobre la tierra; pero cuánta gracia hay en mi forma! Qué bien torneadas mis patas! Qué bien diseñado todo mi cuerpo! Cuán grande mi fuerza! Qué deslumbrante mi velocidad!”
“Prefiero mucho estar confinado a un sólo elemento, y ser admirado en el mismo, que ser un ganso en los tres elementos.”
En las últimas semanas he pensado varias veces en esta fábula.
Estoy ayudando a mi hijo Leonardo con su adaptación al sistema educativo esloveno. Como cambió del secundario argentino (orientación economía y negocios) a un secundario mucho más parecido a nuestro viejo “Bachillerato Nacional” (se llama “gimnazija”), necesita ponerse a tiro con las materias más técnicas, como matemática, física y química, además de recuperar los contenidos anteriores de materias que nunca había estudiado, como esloveno y alemán.
Para algunas materias hemos recurrido a profesores particulares. Práctica común cuando a algún alumno le “va mal” en la materia y necesita “nivelar” sus conocimientos para lograr el “mìnimo” aceptable.
Me parece que nuestras escuelas siguen criando gansos. Personas que necesitan alcanzar un promedio aceptable en todas las materias.
Sin embargo, el mundo de hoy ya no premia a las persionas promedio, obreros y profesionales estandarizados, piezas fácilmente intercambiables del engranaje laboral.
El mundo premia hoy a las personas excepcionales, que ejecutan su trabajo en forma apasionada y creativa, con un grado de talento, destreza y experiencia tal que los hace únicos e irreemplazables.
Qué distinto sería el mundo si en las escuelas los alumnos fuesen exigidos en las materias en las cuales tienen más talento, en vez de exigirles más en las que menos rinden. Qué distinto sería el futuro de nuestros hijos si fuese normal y obligatorio ponerle profesores particulares en las materias en las que mejor les va.
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HOLA MARCOS GRACIAS POR COMPARTIR ESTA HISTORIA, SOY DOCENTE Y SIEMPRE FUI POR ESE TIPO DE ESCUELA DONDE LOS TALENTOS SEAN REALZADOS Y DESARROLLADOS.
DIOS QUIERA QUE CADA VEZ SEAMOS MAS LOS QUE DESPERTEMOS A NUESTRO HIJOS A IR POR MAS DE LO QUE EL SISTEMA MARCA.
UN ABRAZO DESDE ARGENTINA
Sí, pero lo principal en tu caso es que es muy difìcil cambar de paìs y vivir la aventura que estan viviendo. Para tu hijo debe serlo. No es tanto un tema del tipo de educación, sino en el caso concreto de que es una transmutación muy exigente. Hay que tener un poco de paciencia y no ponerse muy exigente con uno mismo ni con èl, ¿no?
boludeces de la noche tarde
un beso
Sî, claro. El cambio es exigente de por sí, nuevo entorno, nuevo idioma, mayores exigencias del sistema. También mejor calidad de profesores, y sobre todo, mucha mejor relación y dedicación profesor-alumno.
Pero la reflexión iba mas bien por el camino generalista de que tanto el sistema educativo argentino como el esloveno tienden a formar personas promedio, en vez de personas excepcionales. Y todos podemos ser excepcionales si desarrollamos nuestros propios talentos. En la escuela, sin embargo, seguimos dedicando más tiempo y esfuerzo, tanto el docente como el alumno, a las materias con malas notas que a las materias de notas sobresalientes.